En 1887 nació en Italia Valentín Bianchi, y con 23 años, dejó atrás la pequeña localidad de Fasano y emprendió viaje a la Argentina, más precisamente a San Rafael, Mendoza. Hombre culto, maestro de profesión y de un sólido espíritu emprendedor, don Valentín comenzó su proyecto de vida en Mendoza. En 1928, concretó uno de sus más grandes sueños: tener un viñedo propio y bodega a la que llamo El Chiche, “la pequeña bodega de los grandes vinos”. La vocación incansable de don Valentín fue forjando una bodega familiar cuyo nombre se convertiría en un auténtico patrimonio de la Argentina: Bodegas Bianchi.
El legado de don Valentín continuó con su hijo, don Enzo Bianchi, quien asentó otro de los grandes pilares de la bodega: la búsqueda constante de innovación y de la más alta calidad en sus vinos. Nacieron entonces, Don Valentín Lacrado y Bianchi Particular, etiquetas emblemáticas de la vitivinicultura argentina. Don Enzo trabajó en familia, enseñándole a continuar el negocio familiar. En 1995 fundó en Mendoza una revolucionaria champañera, que convirtió a San Rafael en un polo enoturístico. Actualmente esta bodega es visitada por más de 85 mil turistas al año.
Los tres hijos de don Enzo, junto a sus primos, los Stradella, forjaron esta gran familia del vino y continuaron el legado del fundador. En la actualidad, con más de 90 años de historia tejidos por cuatro generaciones, la familia Bianchi mantiene intactos sus valores. Sus vinos respetan las bondades y el patrimonio de San Rafael y muestran la evolución y singularidad del Valle de Uco.